"Frecuentemente encuentras a tu hijo en largas conversaciones, jugando, riendo con alguién que tu no ves, no debes preocuparte, es su amigo imaginario. Una persona creada por él, con su nombre y personalidad que seguro le va a hacer compañía por algunos meses o quizás años.
Los niños establecen los límites entre la fantasía y realidad alrededor de los seis y siete años de edad. Antes de eso ellos necesitan de espacio para dar alas a su imaginación, para vivenciar sus fantasías. El amigo imaginario puede aparecer en los niños entre los dos y tres años y puede prolongarse hasta los siete u ocho años de edad. Muchos niños describen a estos invisibles amiguitos, dando detalles de su ropa, de sus juegos y afirmando que realmente existen. Este comportamiento es normal. Para el niño el amigo existe y es decepcionante percibir que los padres no crean en su inseparable coleguita.
Esos amigos son fruto de la imaginación, le hacen compañía y le sirven de escape emocional reduciendo muchas veces la ansiedad y el estrés del pequeño.
Los amigos imaginarios aparecen sobretodo en hijos únicos, con hermanos mucho mayores que él o antes de ir a la escuela. Normalmente cuando los niños comienzan a participar en actividades sociales con los compañeros de su edad, el amigo imaginario va haciendo visitas cada vez más distantes hasta ser totalmente olvidado. Por más que los padres jueguen con el niño, no suplen la necesidad que ellos tienen de relacionarse con sus “iguales”.
El amigo imaginario debe preocupar a los padres cuando el niño prefiera quedarse a escondidas con él aún en compañía de amigos reales, o pierde el interés por los paseos con la familia en detrimento de la compañía del amigo imaginario. En estos casos es mejor buscar consejo con un especialista en Psicología infantil."